¿Comer carne aumenta el riesgo de muerte? Aquí vamos de nuevo…

La misma historia otra vez. Otro estudio basado en datos erróneos y métodos de estudio de baja calidad afirma que la carne roja es un asesino. Nos han contado esta historia muchas veces de maneras distintas, pero persisten los mismos problemas. El estudio esencialmente no tiene sentido, y no les dice a las personas nada sobre los efectos de comer carne roja en su salud.

​El "nuevo" estudio, publicado en la revista BMJ, no es un estudio nuevo para nada. Se basa en datos extraídos del Estudio de Salud de las Enfermeras y el Estudio de seguimiento de profesionales de la salud. Ambos estudios comenzaron en 1976 con un cuestionario de frecuencia de alimentos inicial. La versión reciente de los datos comenzó con un nuevo cuestionario de frecuencia de alimentos de referencia en 1994 y siguió a los pacientes con cuestionarios adicionales cada 4 años hasta el 2010 (este tipo de cuestionarios de frecuencia de alimentos tiene muchos problemas, haciendo que no sean para nada confiables como fuente de información).

Una vez más, los datos de referencia inicial cuentan una gran parte de la historia. Los consumidores de carne tenían "una dieta menos saludable que consistía en una mayor ingesta de calorías y alcohol; también tenían más probabilidades de ser menos activos físicamente, tener un mayor índice de masa corporal y ser fumadores actuales ". En defensa de los autores, este estudio observó el cambio en el consumo de carne, en lugar del consumo inicial, y trató de correlacionar eso a la mortalidad. Pero, una vez más, nos preguntamos qué otros cambios de estilo de vida saludables o no, ocurrieron en los participantes que cambiaron (o no cambiaron) su nivel de consumo de carne. Este estudio NO puede responder estas preguntas.

Ahora, veamos los datos. Aquí es donde las estadísticas del artículo se vuelven truculentas. Existe una gran tabla que enumera los resultados basados ​​en dos modelos diferentes según lo que los autores “controlaron”, es decir, la edad, el uso de aspirina, el hábito de fumar, etc. La conclusión es que la gran mayoría de los hallazgos estadísticos no fueron significativos, o si eran, tenían índices de riesgo minúsculos de 1.06 o 1.12. Recuerden, cualquier cosa menor a 2.0 es un hallazgo increíblemente débil que probablemente esté confundido por las variables y probablemente no sea causativo. La mayoría de las asociaciones más débiles que una relación de riesgo de 2.0 NO se consideran verdaderas cuando se estudian en un ensayo controlado aleatorio de mayor calidad.

Como suele ser el caso con estos ensayos, un aumento en el consumo de carne procesada tuvo una asociación ligeramente mayor (1.13) con la mortalidad que un aumento en las carnes sin procesar (1.08). Ambos todavía no cumplen con los criterios de Bradford Hill para sugerir un verdadero efecto causal. Además, el estudio no informó qué más estaban comiendo estos individuos. Recuerden, una dieta alta en carne y alta en carbohidratos es muy diferente a una dieta moderada en carne y baja en carbohidratos. Sin controlar los carbohidratos y la calidad de la ingesta de alimentos, estos tipos de estudios nos dicen muy poco acerca de una dieta saludable baja en carbohidratos.

Otra vez en su defensa, en la sección de resumen, los autores admiten que los datos no son unánimes, hacen referencia a estudios previos sobre el consumo de carne y reconocen la discrepancia entre los consumidores estadounidenses y europeos o japoneses:

"El consumo de carne no procesada solo se asoció con la mortalidad en las poblaciones de EE. UU., pero no en las poblaciones europeas o asiáticas. Un estudio japonés reciente no encontró una asociación fuerte entre el consumo de carne roja y la muerte por enfermedad cardiovascular.

​Por lo tanto, al final, nos queda otro estudio de baja calidad que intenta señalar un vínculo entre la ingesta de carne y la mortalidad. Pero cuando lo examinamos críticamente, este estudio agrega poco a la discusión.