Debido a que los humanos evolucionaron en ambientes propensos a la escasez de alimentos, poseemos adaptaciones que nos permiten sobrevivir en estos tiempos. Algunas investigaciones sugieren que estas adaptaciones pueden haber mejorado la función física y cognitiva para mejorar la probabilidad de éxito en la búsqueda de alimento de nuestros antepasados. Ahora que la comida está esencialmente disponible para nosotros en cualquier momento del día, los humanos nos encontramos en medio de una epidemia de obesidad que contribuye a una gran cantidad de afecciones metabólicas como resistencia a la insulina, diabetes, enfermedades cardiovasculares y neurodegeneración, entre otras. Por lo tanto, los científicos están desarrollando y estudiando varias prácticas de "ayuno intermitente" para imitar los períodos de privación de alimentos que nuestros antepasados experimentan regularmente, con el objetivo de revertir algunas de estas enfermedades relacionadas con la obesidad y potencialmente activar algunas de las mismas vías beneficiosas que mencionamos encima. Hasta ahora, la investigación se centra principalmente en modelos animales, pero los datos humanos ciertamente están surgiendo.
La investigación sugiere que el ayuno periódico puede obtener beneficios más allá de la pérdida de peso, o puede estar trabajando sinérgicamente con este efecto. Los estudios preliminares han demostrado que el ayuno intermitente puede mejorar los triglicéridos, aumentar la sensibilidad a la insulina, estabilizar los niveles de glucosa en sangre, aumentar la producción de cetonas y mejorar los marcadores de riesgo cardiovascular. En algunos modelos animales, incluso se ha demostrado que el ayuno en días alternos reduce el riesgo de deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer. El ayuno intermitente es un área fascinante de investigación que puede proporcionar una estrategia prometedora para mejorar la salud metabólica y prevenir enfermedades.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Archivos
Marzo 2020
Categorías |